El Blog de los Balnearios

Piscina exterior Hotel Spa Salinas de Imón

El Hotel Spa Salinas de Imón se ubica en una casa señorial del siglo XVII. Durante el siglo XVI había sido un convento y, en el siglo XVIII, fue posada real con motivo de la visita del rey Carlos III, en su viaje a las importantes salinas de Imón, quien lo reconvirtió en las oficinas y residencia de los administradores de las salinas del pequeño municipio, que ya en el siglo I era un asentamiento romano.

Desde 1750 funcionó como tal, a excepción de un pequeño paréntesis durante la Guerra Civil (ya que fue requisado por los alemanes), volviendo a su actividad al terminar la guerra hasta mediados de los 80, momento en el que fue transformado en un Hotel. Esta reforma respetó la arquitectura original y los materiales constructivos de la época en que fue construido, lo que lo convirtió en un verdadero “hotel con encanto”, que pertenece al “Club Hoteles Históricos de Europa” y está clasificada como una “Casa Histórica y Singular de España”.

Si nos preguntamos cómo puede haber unas salinas en Guadalajara, debemos remontarnos a hace 250 millones de años, cuando los continentes aún no estaban formados, y estas tierras eran parte de “PANGEA” y sí, ¡el mar llegaba hasta aquí! , lo que hizo que se formara una gran capa de sal de más de 200 metros con una pureza del 98%.

En 1988, el edificio fue adquirido y reformado por sus actuales propietarios, que lo inauguraron en el año 2000.

Desde el siglo XVII, el edificio que hoy alberga el hotel ha sido el más importante de Imón. Una enorme casona señorial de gruesos muros de sillares y mampostería. El resultado de la transformación del edificio en hotel asombra al viajero por la originalidad de una restauración y recuperación de elementos ya existentes.

Los salones, la biblioteca con chimenea y cada una de sus 11 habitaciones están decoradas con antigüedades y llenas de sorprendentes detalles.

Escoger una habitación es como elegir un sueño. La habitación Carlos III, en la que pernoctó el monarca, es el reflejo de una época. Incluso uno puede trasladarse a Oriente con la habitación China. El Palomar, en una de las dos torres, nos recuerda el arrullo de las aves enamoradas.

La casa tiene dos torres desde las que se intuye el romántico jardín y las piscina para los meses de verano, además de contar con un restaurante.

El Hotel Spa Salinas de Imón cuenta con un restaurante de cocina tradicional con un toque actualizado, cuyos platos cambian cada día según mercado. Basado en la cocina de producto, su oferta se caracteriza por la diversidad, con platos elaborados en su totalidad en el hotel. Entre sus sugerencias podemos encontrar desde platos de factura más local (como los asados de morcillo, cabrito o cordero o las Migas del pastor con uvas frescas y pimiento seco, típicos de la región) a cocina clásica más nacional, como Pastel de cabracho o Bacalao asado en cuna de tomate.

No faltan referencias más contemporáneas, como Foie-micuit a la plancha o Tartar de salmón, y postres como coulant de chocolate o brownie.

También elaboran menús personalizados para eventos, adaptándose a las exigencias y gustos del cliente.

Además del restaurante, el Hotel Spa Salinas de Imón alberga un solárium y una piscina al aire libre de temporada. Pero destaca especialmente el Spa, un espacio íntimo, privado y romántico, que consta de cama caliente, jacuzzi para 5 personas, baño turco, sauna y una ducha de cascada.

Las 11 habitaciones del Salinas de Imón disponen de calefacción central, ventilador y baño privado con artículos de aseo y tienen conexión Wi-Fi gratuita y TV.