En primer lugar, a nuestra llegada, nos comentaron que la reserva de la habitación no la teníamos hecha o que no la encontraban. La reserva del Spa sí que estaba reflejada en el sistema. Nos comentaron que menos mal que tenían habitaciones disponibles (imaginaros la cara que se nos quedó y el cabreo que pillamos). Esto si que fue un buen comienzo con el personal que gestiona las reservas del hotel.
La habitación, y el hotel en general, es viejo. Necesita una lavado de cara importante. La habitación y los pasillos olían a viejo. La cama, no es del todo cómoda que digamos. Se te clavan los muelles.
El Spa tiene lo mínimo y es muy pequeñito. No esperábamos encontrarnos con tales instalaciones para un lugar (La Toja) que presume de balnearios y Spas de primera categoría. Este punto fue decepcionante. Hemos estado en Spas de pueblos pequeñitos con mayores servicios y calidades dentro de su oferta termal.
El desayuno y el personal del hotel es lo único que se salva. Gente agradable y simpática. El desayuno variado y para todos los gustos: frutas, cereales, bollería, comida fria y caliente, zumos, etc. Además, tenían un apartado diurético.
Lo que más me gustó es Las vistas de la ría y el buffet.
Lo que menos me gustó es El Spa.
Recomiendo este alojamiento NO
Porque No es lo que esperábamos en cuanto al Spa y sus instalaciones. Si uno va a La Toja, va con la idea de relajarse y disfrutar del sitio y del entorno, y ello incluye el hotel y sus instalaciones. Obviamente, disfrutamos del sitio y del entorno, pero las instalaciones contrarrestaban de alguna manera al resto.
Creo que este establecimiento
es ideal para Parejas: SI
Familias: SI
Mayores: SI